Yo,quijote dantesco
señor de eternidades
vine en busca de un sueño
que me hiciera feliz.
Prendado de tu risa
enamorado y loco
quise ser,¡pobre ingenuo!
tu esclavo siempre fiel.
Mirando mis harapos
con sonrisa burlona,
me rotulaste pobre
y todo allí quedó.
Este quijote herido
te siguió mansamente
y con punzante lanza
perforaste sus piés.
Un instante ¡tan sólo!
pedía de tu tiempo,
un cielo,una mirada
o el timbre de tu voz.
Pero este ingenuo iluso
de armadura gastada
no obtuvo de tí el beso
que aplacara su sed.
Tornaré en otro tiempo
cuando un piadoso cure
estas grietas del alma
que matándome están.
Y ya sin disimulo
vestido de realeza
por esas mismas calles
tú me verás volver.
En vano tu mirada
me seguirá al descuido,
ruidosa tu sonrisa
tras de mi espalda irá.
Este burgués andante
de costoso vestido,
ya no será el mendigo
que se hincaba a tus piés.
Pudiste ser princesa
de mi universo extraño,
soy amo de los vientos
de estrellas soy el rey.
Te hubiese regalado
crepúsculos boreales
cristales escarchados
y cada amanecer.
Quizá, tarde comprendas
que sólo prejuzgaste
por eso no observaste
la estirpe de mi piel.
Mi loca sed de besos
culminó en agonía,
tu orgullo te impedía
detenerte en mi sed.
¡Ay muchacha mundana
que sólo el oro quiere!
correr tras espejismos
no te permite ver.
Pudimos ser felices
yo el sueño y tú el encanto:
la música y el canto
ya nunca podrán ser!.
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