Puedo volver, sin rastros del pasado.
Necesito atender,cuidar, poner a salvo
los pájaros azules de mi alma.
Están quietos, no cantan
no acicalan sus alas.
Dormitan...su cabeza
metida en el plumaje
ajenos a la vida.
Habitan resignados la tristeza
y en pleno verano sienten frío.-
Mía es la culpa.
Fue mía la tristeza del paisaje
y el abandono en que dejé su suerte.
Es tiempo de pintar los nuevos sueños
amalgama de luz que cura el tiempo.-
Me acercaré despacio, y al hacerlo
despertaré también la melodía
que transforma la casa en universo
y el universo en una alegoría.
Cómo olvidar que al desplegar sus alas
había un aire suave de abanicos;
soplo hechizado, dónde las estrellas
vuelcan al mar su castidad en brillo.-
Pájaros azules. Expresión del verbo de mi alma.
Sólo míos...
Sublime ensueño, refugio donde anida
mi lira de poeta.
Saldremos juntos donde el campo
y juntos beberemos el rocío...
la transparente gota que al marcharse el sol
dejó caer sus lágrimas guardadas.
Que sea el canto la frondosa cascada
que hará su percusión sobre los árboles.
Y la risa sonora del sinuoso sendero
amazona del río que se amarra en el viento
descubrirá las voces que recitan mis versos
en los campos azules con sonidos dispersos.-
No abatirán sus alas
los páramos errantes que siembran desconcierto.
La libertad no acepta grilletes de nostalgia.-
En los campos se mecen
las esperanzas nuevas;
brotecitos destellan
la renovada luz.
Avanzo y me detengo:
hay aroma de lirios,
de lavanda, de lino.
De flores que acaricio
para bordear su azul.
Los pájaros emiten su cristalino canto.
Se aquietan los rumores poniéndose a escuchar.
El horizonte alinea sus místicos fulgores
adagio del regreso :hogar, mi dulce hogar.