de anclaje seguro y luminoso
donde los barcos llegan
( quizás a descansar).
Tan majestuosos, tan soberanos
luego de haber desafiado la mar.-
( Barcos que guardan, rostros y paisajes.
Saben de vientos y obstinadas distancias.
Y también callan, la inevitable certidumbre,
de que algún día, corroídos por azotes de tiempo
serán escombros llenos de herrumbre
oxidados de olvido hasta morir
desmembrados de tanta indiferencia).-
Ese océano de colores cambiantes
y aguas inquietas de vastedad
podrá mostrarse, manso y sereno,
más no te fies de su apariencia;
aunque lo oculte y te seduzca
sus turbulencias siempre estarán.
Puedes quedarte, allí, en la orilla
ver como viene, cómo se va.
Ver como juega, como dibuja formas extrañas,
y en un descuido de tu letargo:
frondosa espuma te azotará.
Como ese puerto, la casa espera
firme de sueños e identidad,
el ansiado regreso de los hijos
que en tu impaciencia llegando están.
Prodigan y esparcen sus sonrisas,
inquietos como niños,buscan sus cosas;
sus pasos, serán música al andar.
Y al igual que los barcos, siguiendo su destino
cualquiera de estos días
volverán a zarpar.-
Y uno escucha sus voces, y acaricia su pelo,
y en abrazo apretado , su ternura les da.
Y escuchas extasiado sus nuevas experiencias
y aún esperas, que cuente más.
Sabrás entonces que la presencia
de esos tus hijos, al regresar;
aunque te cuenten de sus historias,
muchas verdades omitirán.
Y serás parte de algún secreto,
más cuántos otros no te dirán.-
Igual que antes, que por las noches
cuando dormían ibas a ver;
y detenida, en cada cama
ya que de todas quieres tener:
en esos bellos rostros dormidos
la esencia pura, de la niñez.
Irás ahora, y en el silencio,
aquellas nanas, recordarás,
cuando cantabas para dormirlas
y eran tus besos, un manantial.-
( Entre tus brazos, dulce embeleso
como el milagro, de ser mamá).
Guardiana de sus sueños
hoy descubres,que no puedes
su sueño adivinar.
Y al mirarlas dormidas
comprendes que no puedes
sus vuelos alcanzar.
Sus sueños tienen llaves
y ese es el cerrojo de su voluntad.-
El amor de sus sueños por las noches
te mostrará el silencio transitado de tiempo.
Y el gastado cansancio de esperarlas
ensaya la ternura de poder abrazarlas.
Han olvidado los miedos de la infancia:
la vida es una fiesta, y Dios el anfitrión.-
( No hay tierra más lejana, que los hijos ausentes.
Y hasta el más ciego amor intuye
que tus caricias no podrán rozarlas.
Y antes que tu voz se hunda en la nada
recuerda que:
sus almas tienen sus propias golondrinas,
guarda su nido, las risas que sueltan
su corazón de pájaros.
Han compuesto su propia melodía,
son suyas las calles que recorren
como también eligen sus palabras).-
Quizá en las tardes, pueda encontrarlas,
cuando el ocaso anuncie sus fulgores;
y busquen tu recuerdo
que habita aquel perfume de las rosas lejanas.-
