martes, 10 de mayo de 2011

SEÑOR...ALEJA DE MÍ EL CÁLIZ DEL PASADO

No emití palabra. Sólo fue un extraño
y rarísimo temblor, presagio de algo
que me va a ocurrir.
Miro el cielo, veo los árboles...
busco el campanario...trato de hallar algo
en los bolsillos del abrigo donde pongo mis manos
cuando me invade el frío.
Aprieto los papeles que evito tirar al suelo.
Para calmarme, hago un bollito.
Me detengo antes de llegar a la esquina
donde una luminosa vidriera
exhibe sus prendas de abrigo.
Modernas,coloridas, con estética presentación.
Todos los detalles, prolijamente descuidados
alternando la gama de colores como diciendo:
"llevame a mí". Vení y sacáme de esta espera
donde estoy atrapada.
Y dejáme sentir la libertad!.-

Otra vez el extraño latir; quizá ronde la muerte.
Lo siento primores, deleiten otros ojos.
Y regreso mis pasos hacia dónde sentí
ese vértigo extraño. Es una tarde hermosa
demasiado espejada para morir.
Pero hay que dar lugar a los felices,
a los enamorados, a los que entrelazan sus manos
o él la toma del hombro.Otros van del brazo.
Y su rostro muestra algo muy especial.
Quizá la seguridad de ir por la vida, amándose.
O acaso, el regreso a sus casas.
Nada más dulce que volver al hogar:
pero juntos.

También volviste sobre tus pasos.
Era tu rostro, más hermoso aún con el paso de los años.
Casi frente a frente nos detuvimos.
¡Qué ganas de abrazarte! ¡Que extiendas los brazos
y detener la vida en un instante!
Tanto tiempo ha pasado!...tomar algo juntos,
hablar de nuestros hijos. Antes dibujabas
servilletas de papel con nuestros nombres
y un corazón con la flecha de Cupido.(Que aún conservo).
Ni siquiera me atrevo a pronunciar tu nombre.
Tus ojos verde intensos me miran con odio
con rabia,con el brillo de afiladas cuchillas.
Y sin decir palabra te vas
ajeno a todo lo que siento.
Compartimos una vida: pero no llegamos
a hablar de los nietos. Te negaste.
Tu castigo fue el silencio. Y en silencio
te alejas y te marchas.-

Ese extraño dolor es abrasivo.
No encuentro el pañuelo, no me muevo.
Tampoco puedo dejar de llorar.
La gente apurada me choca.Otras piden permiso.
...No puedo moverme. Y ese dolor que se agudiza
con la respiración. ¿Dónde ir?.¿Qué hacer?.
Estoy temblando.
Las campanas llaman a misa.Un chiquillo me mira:
y me da la servilleta de su pancho. Tomá.
Limpiate la nariz. ¿Estás perdida?.
El kiosquero de la esquina sabe todo,
preguntále dónde queda tu casa.
La madre reacciona y se disculpa,
y tomando la mano del nene se aleja apurada.
Él me vuelve a señalar el kiosco
y vuelve cada tanto la cabeza.

Empiezan a brillar las luces de los autos
como rojas serpentinas de luz. Un taxi.
Tengo que reponerme.
Llegar antes que los demás y reanimarme.
Me viene a la mente el dolor de Alfonsina.
Modifico sus versos: Quisiera esta tarde divina de mayo
tener el valor de hundirme en el mar...
El taxista me mira por el espejito;
se queda aparcado hasta verme subir.-

Lleno la bañera; debo calmarme.
Yo construí el olvido.
Cerré las puertas del pasado
y volví a nacer
para honrar la vida que me diste,
caminaba distraída y feliz...
Dale Hacedor: levantá el pulgar
y antes de irte decí lo que pensás.
Soy vulnerable...
mortal, imperfecta y vulnerable.

2 comentarios:

  1. La lectura me resultó dolorosa, quizás porque presiento a mi María queriendonos decir algo, al final de eso se trata, pero resulta intrincado resolver las preguntas que se te vienen como locomotora sin conductor, por cuenta de un hermoso poema que se me antoja biográfico, por un poema no escrito, sino trazado con la tinta que vierte el corazón. Quiero verte feliz mi amada amiga. No quiero imaginarme que lo allí descrito es parte de tu anecdotario. Y si lo es, espero sea viejo y el tiempo haya hecho lo suyo cicatrizando tu corazón. Alguien como tú no merece nada distinto a lo que es capaz de dar.

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  2. Gracias amigo del alma, que lee en ella como quien abre un libro y luego de leer se pregunta: ésto habrá ocurrido o sólo es producto de la imaginación.A veces amigo mío,la vida te tiende esas trampas, esas jugadas sucias que uno sería incapaz de hacer.Pese al tiempo transcurrido, hay un pasadizo oscuro como una catacumba, que te lleva del presente al pasado y viceversa.Quienes me conocen, saben que lo único que me lacera es el silencio.Si me dices, por favor, nunca me hagas esto,no lo haría jamás.Por eso indago las cosas que más gustan y aquellas que resultan un hecho difícil de aceptar.Pero sólo Dios sabe cuál es el sentido de esta actitud.Y confío en que quiere lo mejor para sus hijos.Un abrazo muy grande.

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