Dulce y piadosa como una madonna
que en madre placidez disfruta al hijo,
tan sólo con la gracia de sus manos
inventa juegos que complace al niño.
Tras el vitraux la claridad se filtra
deslizando su luz hacia el espacio
y allí se queda, para escuchar el canto
y el niño dulcemente se adormece.
Halo de luz enmarca cual retrato
a los dos seres que allí permanecen
sacro misterio donde el alma pura
bendice la pureza del abrazo.
Armoniza con paz la melodía
emitiendo sonidos celestiales,
la música conjuga con el chelo
la melodía que del piano sale.
Canción de cuna que adormece al niño
confiado por estar junto a su madre,
manto de cielo le pondrá la donna
mística etérea viene de la tarde.
También en el jardín hermosas flores
son brisa de color que mece el aire,
en tanto esperan que descanse el niño
las bellas flores lo verán más tarde.
Alguna de ellas cortará la madre
cuando salga traquila con el niño,
irán también detrás la mariposa
que duerme entre las flores cada tarde.
Transcurre así la vida de esta virgen
que alcanza plenitud junto a su niño,
será su voz una lejana estrella
la misma voz que dice: Dios te salve...
hermoso!!
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